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Y después de mucho ensayo, muchas peleas, muchos momentos en los cuales pensábamos que 11°3 iba a tirar la toalla respecto a la comparsa... he aquí el resultado.
Un resultado que como maestra me llena de alegría, de orgullo y satisfacción.






Click aquí para ver la comparsa de 11°3


Es que ustedes me han ayudado a conocerme a mi misma un poco más de lo que ya me conocía... el baile, las locuras, los gritos... todo tan inherente a ustedes...

Gracias por dejarme hacer parte de esta experiencia en la que me encontré con un grupo como 11°3, que cambió mis paradigmas frente a la educación secundaria. 

Hoy, fue, sin duda, un día maravilloso. Que gusto haber podido compartirlo con ustedes.. Y... ¡¡van a hacer la inauguración de la ceremonia de entrega de banderas!! 




QUE ORGULLO 11°3.. 




¿qué mejor entonces que fotografías para contar esta historia?


































Dentro de las visitas que he realizado al grado 11°3 como maestra en formación de lengua castellana, he tenido la oportunidad no solo de observar asuntos académicos que se relacionan con mi área de conocimiento, sino también todo lo relacionado con todas las dinámicas de este particular grupo.

Las chicas que conforman 11°3, son unidas, si, para los asuntos que tienen que ver con “la alcancía” donde recogen todo el dinero para los eventos como la comparsa, festiteatro, el prom y otras actividades que requieren de la colaboración de todas. Sin embargo otra historia es la que se vive a diario dentro de las jornadas escolares.

En el grupo pueden notarse 4 subgrupos muy marcados, que sin duda alguna tienen pensamientos distintos sobre la vida, sobre el mundo y sobre las propias dinámicas escolares, sociales, música y en general sus gustos. Esto se ve reflejado en sus trabajos e incluso las conversaciones que se pueden escuchar tanto dentro como fuera del aula de clase, en las que se tocan temas desde la música, el arte y la literatura hasta la canción de reggaeton de moda, la rumba de la noche y las calorías que son adecuadas para ser consumidas en un día.

De estos subgrupos, tengo varias cosas que enunciar y que han generado en mí distintas posibilidades de análisis que van desde lo que el contexto de éstas estudiantes les “inculca” y las formas de acercarme a cada uno de los subgrupos que conforman 11°3. En primer lugar, me pregunto específicamente en uno de ellos por su contexto, por las cosas que ven o viven… ¿puede esto influenciar la visión de la vida de estas estudiantes? que sólo se preocupan por calorías, por cuerpos perfectos… y que dicen ser gordas a pesar de estar saludables ¿qué tipo de contexto y de idea de estética tienen estas niñas? ¿cómo se les ha presentado la belleza? ¿qué hace la escuela para mostrar otras estéticas, otras perspectivas de belleza, para enseñarle a los y las estudiantes que los paradigmas de belleza son cambiantes y distintos en cada sociedad?
Son asuntos que a los otros tres subgrupos del salón no parece importarles, puesto que están más interesadas en la música, el arte y la literatura. Estos grupos chocan, sobre todo con el primer grupo mencionado y se crean, conflictos que afectan excesivamente la unión y la tranquilidad del grupo.

Sin embargo, me sigo cuestionando cómo a pesar de los constantes desencuentros entre las estudiantes por asuntos que son inherentes a su vida, a su crianza y a lo que piensan del futuro, son tan unidas para muchos aspectos, por ejemplo para la conformación de la comparsa estudiantil, en la cuál han puesto todo el ánimo y dejan atrás sus diferencias para poder salir bien en ella.

Me asombra también la constancia y la firmeza con la que se han tomado la actividad de la comparsa estudiantil. Todo este tiempo han estado en función de ensayar y de organizar lo que tiene que ver con los vestuarios, con el peinado  e incluso con la escenografía.

No he de negar que como maestra, me inquieta mucho conocer ¿qué sucederá en la comparsa?


¿Pintar? ¿con gente tan grande? me decían algunos seguros de que la actividad fracasaría rotundamente mientras aún con convicción me encargaba de recordarles a las estudiantes los materiales que necesitaríamos.

El día llegó, entré y las que estaban fuera entraron, mi maestra cooperadora no había llegado y comencé la clase con algunos asuntos generales, recordando los acuerdos para retomar la clase anterior, todas parecieron dispuestas a empezar.

Propuse la actividad con cierto recelo, aún permeada por los comentarios y, como siempre me ha pasado con 11°3 recibí una sorpresa… todas en silencio (casi absoluto) pintándose, reconociendo en sí mismas detalles físicos y sentimentales por los que pocas veces se habían preguntado.

¿Por qué me pinté triste? ¿por qué no puedo pintarme como soy? ¿de verdad esto me representa? ¿por qué quiero usar estos colores  y no otros? ¿por qué tengo los ojos mucho mas grandes en la pintura que mis ojos reales? fueron muchas de las preguntas que se escucharon mientras se dibujaban y pintadas a si mismas.

Me sorprendió bastante que todas llevaran los materiales y entregaran el ejercicio de escritura propuesto la clase anterior. La jornada transcurrió con tranquilidad, todas ellas hicieron sus retratos mientras compartían con sus compañeras.

Pude observar cómo muchas de ellas tienen una imagen distorsionada de sí mismas, de su cuerpo y de lo que son. También pude darme cuenta que estas estudiantes disfrutan de realizar este tipo de actividades que tienen que ver con los otros sistemas simbólicos y son responsables a la hora de la realización de estos deberes.

Las preguntas que me surgen a partir de esta sesión son: ¿Cómo mediar otros contenidos de la lengua castellana a través de los otros sistemas simbólicos? ¿Podría pensarse un currículo de la lengua castellana desde los otros sistemas simbólicos? ¿Cómo podría evaluarse este tipo de actividades?






Cada vez que camino por la acera que lleva a la Javiera Londoño pienso en ¿cómo será la clase de hoy? con que me voy a encontrar cuando llegue al salón, es decir, conozco las chicas de vista y a muchas ya el nombre pero siempre está la prevención ¿será hoy un mal día?

Estos temores resultan de comentarios que muchos profesores me han dicho “bachillerato es horrible, nunca quieren hacer nada” y comencé a pensar que era algo generalizado, esto sumado a que mi fuerte son los niños me hacía pensar que no podría trabajar en bachillerato y mucho más en un grado como 11.

Entré al salón pensando ¿cómo atrapar su atención? ¿qué hacer para que sea interesante? al llegar,  me encontré con una escena que me pareció irreal aún cuando ya había estado haciendo observaciones previas la gran atención y acogida que tuvo mi intervención en el grupo.




En primer lugar les presenté la secuencia didáctica que pensaba seguir con ellas, de forma clara y con las actividades que se tenían planeadas, les dije que estaba abierta a sugerencias  y comentarios… así entre todas construimos con base en mi secuencia las sesiones que íbamos a trabajar y lo que se realizará durante las clases.

Comencé entonces a realizar la introducción sobre Frida, su historia, sus obras… Se pueden ver aquí:     . Y me quedé sorprendida de la atención con la que todas me miraban mientras les contaba quién fue Frida, como vivió, como sufrió y su trágica muerte.

Les gustó, realmente estaban interesadas y no era el discurso que me habían pintado en el que todas estarían en sus asuntos mientras yo trataba de dar clase a dos o tres que quisieran poner atención, por el contrario todas me miraban atentas y hacían preguntas.

Al realizar los respectivos acuerdos y terminar el recorrido histórico por la vida de Frida, les propuse escribir a partir de una obra.

La clase terminó con algunas exposiciones que quedaron pendientes de la clase anterior, en la que pude ver que las chicas tienen que trabajar en la timidez a la hora de exponerse en escena frente al grupo.

La clase fue maravillosa, cada día descubro más que la secundaria no es lo que me habían dicho y el imaginario que tenía, son estudiantes dispuestos que también quieren aprender, que les interesa el arte, la vida… sólo que hay que saber aplicar estrategias que los inciten a conocer y a aprender, es allí entonces el momento de crear saberes pedagógicos que nos permitan acercarnos a nuestros estudiantes.


Las preguntas que me quedan frente a esta sesión es ¿cuáles son las razones de los estigmas frente a los grupos de secundaria? ¿Qué les gusta leer a mis estudiantes? ¿Qué leen mis estudiantes?